
Lorena Poblete es socióloga e investigadora del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), especializada en sociología del trabajo y estudia desde hace 10 años las transformaciones de las regulaciones del trabajo doméstico remunerado en Argentina y América Latina.
Hace cuatro años comenzó junto con dos colegas, Ania Tizziani y Francisca Pereyra, un proyecto sobre plataformas de trabajo, específicamente sobre las plataformas de trabajo doméstico en Argentina. Realizaron una profunda investigación sobre Zolvers, la plataforma más importante de trabajo doméstico en Argentina.
Poblete participará del próximo webinar organizado por Wageindicator, que se realizará el 29 de este mes. A manera de anticipo, dialogamos con ella sobre el escenario actual en América Latina y en Argentina en particular.
En el caso del trabajo doméstico de América Latina, a partir de la adopción del convenio 189 de la OIT en 2011 y las ratificaciones del convenioen los países de la región hubo importantes reformas. Es un sector que tiene una regulación robusta, quizá mecanismos de implementación bastante débiles, pero en términos regulatorios, el mapa es bien claro. Por lo que las plataformas de trabajo doméstico y de cuidado tienen mayores dificultades para insertarse en esos espacios de grises legales, aunque en algunos países con más facilidades que en otros”.
“En Argentina tenemos una historia de precariedad laboral significativa, pero comparativamente con otros países de la región -por lo menos en el sector del trabajo doméstico- resulta menor. En los últimos 20 años ha habido un incremento de la formalización que alcanza un techo del 25% y pareciera que ese techo no se puede romper. Para estructurar el mapa en lo que es el trabajo doméstico en América Latina agrupo los países en 3 casos:
- aquellos que tienen un proceso de formalización incipiente,
- aquellos que tienen altos grados de informalidad,
- y aquellos en los cuales la informalidad es la norma.
En el primer grupo está Uruguay que tiene 46,2% de trabajadoras informales, Chile con el 54,7% y Brasil con el 61,6%.
En el segundo grupo, es decir aquellos que tienen altos niveles de informalidad -entre el 70% y el 85%- están Ecuador (70,8%), Argentina (74,3%), Perú (82,3%), Colombia (83,8%) y Costa Rica con 84,8% de trabajadoras informales en el sector.
Y en el tercer grupo está México con 93,3% de trabajadoras informales, Paraguay (94,8%) y Bolivia (98,7%). Estos son datos del informe de la OIT de 2021, con estadísticas tomadas en 2019.
Hay transformaciones o reformas que se han dado a partir de la adopción del convenio en 2011, que son consecuencia de la movilización de colectivos de trabajadoras domésticas en la región y que dan como resultado una regulación bastante robusta con expansión de derechos. Pero después está el lado B de la historia, que muestra que esos derechos quedaron en el papel pero no se hacen efectivos. Por ejemplo, sabemos que en el caso de Argentina, para ese 25% de trabajadoras que están formales hay de todas maneras muchos de derechos que no se respetan (vacaciones pagas, horas extras, el preaviso, las indemnizaciones por despidos). O sea que cuando uno mira el reconocimiento de derechos, en la práctica es todavía mucho más débil de lo que muestran esas estadísticas de informalidad.”
A partir de la introducción de los trabajos a través de plataformas y de tu trabajo e investigación sobre esto, ¿qué cambios viste -positivos y negativos- en torno a trabajadoras domésticas que pudieron utilizar estas plataformas para poder verse por lo menos en un marco un poco más formal?
“La respuesta a esta pregunta es: “depende de”. Justamente lo que argumentamos en ese artículo que publicamos en la revista de Estudios Sociales de la Universidad de los Andes es que las plataformas en el caso del servicio doméstico y del servicio de cuidados ofrecen distintos tipos de servicios o presentan distintas modalidades de intervención y, según la modalidad que estés analizando, Entonces vemos desde efectos muy positivos a efectos muy negativos. Nosotras lo observamos en el caso de Zolverss Argentina, pero en esa colección de artículos sobre América Latina publicada en la Revista de Estudios Sociales se puede ver claramente que en los otros países -México, Brasil y Colombia- pasa lo mismo: según la estructura de la plataforma, según los servicios que ofrezca, tenés distintos resultados.”
El caso Zolvers
Zolvers tiene un segundo tipo de intervención que es sobre relaciones regular que son manejadas directamente por los empleadores. En esos casos vemos que hay mayores niveles de formalización que lo que se ve en el sector en general. Pero los aumentos salariales, las vacaciones, los días feriados, tienen que ser negociados caso a caso, y ahí no hay diferencia respecto de lo que pasa cuando la plataforma no interviene.
Y tenemos un tercer caso, que es un servicio que ofrece la plataforma, y que lo vemos también en otras plataformas latinoamericanas, que es de trabajos por una sola vez. Cuando entrevistamos a las fundadoras de esta plataforma nos decían que ese servicio lo pensaron sólo para negocios para mudanzas, por ejemplo para una familia que deja un departamento y quiere una limpieza a fondo de 8 horas, pero es por una única vez. Ese era el objetivo, entonces ahí sí el servicio cae fuera de toda regulación. No sería posible que una intervención puntual fuera considerada trabajo porque la lógica del derecho es la regularidad de las prestaciones entonces están por fuera de la regulación, por lo tanto son informales por defecto.
“Volviendo a la pregunta, en algunos casos observamos que las plataformas digitales contribuyen a mejores condiciones de trabajo, al respeto de los derechos; en otros, parecerían no tener ningún efecto ya que las relaciones laborales se constituyen exactamente igual que por fuera de la plataforma; y en otros casos habilitan relaciones informales, esporádicas o permanentes.”
Desafíos en la región
“Creo que nos seguimos encontrando con los mismos desafíos que hace 10 años. Por más que en América Latina los marcos regulatorios son buenos, hay un reconocimiento de los derechos pero el gran desafío es la implementación, hacer efectivos esos derechos y generar mecanismos que puedan hacerlos efectivos. En términos de las plataformas creo que hay posibilidad de implementar una regulación para que no sean vectores de trabajo informal. El año que viene en la Conferencia Internacional del Trabajo se va a discutir la posibilidad de hacer un convenio para la regulación del trabajo a través de plataformas digitales en el cual van a estar incluidas las plataformas de transporte, reparto, las plataformas que tienen que ver con el crowdwork y las plataformas de trabajo doméstico y cuidado. Es un desafío que por ahora es compartido a nivel internacional, lo que resulte de ahí va a ser una herramienta fundamental para después intentar hacer estrategias específicas en cada país a fin de hacer efectivos los derechos de las trabajadoras domésticas.”
Expectativas para el seminario web
Me parece que es muy interesante pensar en el trabajo no remunerado para poder entender cómo las plataformas contribuyen a una degradación de las condiciones de trabajo. Es otra clave de lectura para pensar el caso de Argentina y, es ese sentido, es muy inspirador. También la confrontación con casos de Europa y América Latina nos permitirá comparar cómo intervienen las plataformas de un lado y del otro del Atlántico.
Un seminario web sobre cómo se ve el trabajo no remunerado en la economía de plataformas y qué soluciones hay disponibles. La aparición de plataformas laborales digitales requiere que los investigadores, las organizaciones de la sociedad civil y los responsables de las políticas cuestionen el impacto de esta nueva modalidad de trabajo en los medios de vida de los trabajadores y la calidad de sus empleos. Regístrate aquí |